¿Qué
es el Síndrome de Asperger?
El Síndrome de Asperger (SA) es un trastorno
del desarrollo, de base neurobiológica, que afecta al funcionamiento social y
al espectro de actividades e intereses. Está vinculado a una disfunción de
diversos circuitos cerebrales. Tomando en consideración que el déficit nuclear
del SA es el trastorno de la cognición social, parece razonable atribuir un
papel central a la amígdala y a la relación entre la amígdala y circuitos
frontoestriados, temporales y cerebelo, estructuras involucradas en el
desarrollo de la relación social. Puesto que el SA es un trastorno del neurodesarrollo,
comparte características propias de los problemas del desarrollo del sistema
nervioso en general.
Comorbilidad
del Síndrome de Asperger
En la mayoría de los casos de SA las
manifestaciones más importantes se ubican en el plano cognitivo y conductual,
con unas características bastante específicas. Sin embargo, en una parte
importante de niños con SA, existe comorbilidad con otros trastornos.
Las manifestaciones comórbidas que
pueden asociarse al SA se resumen a continuación:
Comorbilidad en el Síndrome de
Asperger
Torpeza Motora / Trastorno del desarrollo de
la Coordinación Síndrome de Tourette /
Trastorno Obsesivo-Compulsivo Trastorno de Déficit de atención-Hiperactividad /
DAMP Trastorno específico del lenguaje / Dislexia / Hiperlexia Trastorno
Semántico-Pragmático Trastorno del aprendizaje no verbal Depresión / Ansiedad.
Pruebas
médicas complementarias
No hay ninguna prueba biológica diagnóstica
para el SA, por tanto sólo deben realizarse aquellas que estén orientadas a una
manifestación comórbida (por ejemplo, un EEG, preferiblemente de sueño, para
ayudar al diagnóstico de una epilepsia), o en casos raros en que se sospeche
una etiología específica.
Tratamiento
farmacológico del Síndrome de Asperger
No existe ningún fármaco específico
para el SA, sin embargo es muy importante tratar algunos síntomas. Puesto que
los resultados sobre el uso de psicofármacos en el SA están ampliamente
avalados por la experiencia, en todos los casos resulta necesario plantearse la
pregunta de si es posible mejorar los síntomas de un niño con SA mediante la
prescripción de una medicación. No parece prudente, ni posiblemente sensata,
una actitud obcecadamente abstencionista.
Principios generales para el
Tratamiento Farmacológico del Síndrome de Asperger
•
Vamos a tratar síntomas.
• Se debe empezar a
dosis muy bajas y hacer una escalada lenta.
•
En la medida de lo posible, cuando sea pertinente, deben utilizarse escalas de
conducta que permitan valorar la respuesta.
• No debe mantenerse un
fármaco si no hay una clara evidencia sobre la eficacia.
• Periódicamente debe
suprimirse la medicac ón para valorar si sigue siendo necesaria.
• En general, cada
fármaco requiere unos con roles específicos.
• Valorar mediante
cuestionarios específicos posibles efectos secundarios.
• “Natural” no es
sinónimo de “inocuo”.
Productos
“alternativos”
Una de las consecuencias de la actitud
reticente al uso de psicofármacos en niños ha conducido a la expansión del uso
de productos alternativos, también llamados “naturales”. El aspecto común entre
ellos es que no están regulados por los controles sanitarios y de calidad
requeridos para los productos registrados como fármacos. Entre estos abordajes
se encuentran las megavitaminas, hierro, zinc, magnesio, piridoxina, ácidos
grasos esenciales, antioxidantes, levadura de cerveza, dietas hipoglucémicas,
eliminación de colorantes y aditivos de los alimentos y dietas sin gluten o
cafeína.
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